La investigación en cáncer nunca debería detenerse, porque cada nuevo avance puede traducirse en un impacto positivo en la supervivencia o en la calidad de vida de los pacientes.  Durante la emergencia sanitaria mundial causada por la pandemia por el virus SARS-CoV-2, la implementación de medidas específicas ha sido fundamental para el correcto desarrollo de los ensayos clínicos, como ha recogido un reciente artículo publicado en npj Breast Cancer del que son coautores el Dr. Javier Cortés y Dr. José Pérez, del IBCC.

Los estudios de investigación clínica pueden salvar la vida y ayudar a muchos pacientes, dado que proporcionan la información necesaria para continuar la búsqueda de nuevos tratamientos. Como consecuencia de la pandemia por el virus SARS-CoV-2, las capacidades de los sistemas sanitarios de una multitud de países se han visto sometidas a una elevada presión y han alcanzado rápidamente la saturación, lo que ha influido negativamente en la ejecución de los ensayos clínicos, y ha impuesto obstáculos adicionales para la inclusión de pacientes y el desarrollo normal de los estudios clínicos.

Por este motivo, las agencias reguladoras nacionales e internacionales han aprobado medidas de contingencia, que tanto los patrocinadores como los investigadores principales deben seguir para que la atención médica de los participantes del ensayo clínico esté asegurada, protegiendo su seguridad, bienestar, y derechos, y para que se pueda preservar la integridad y veracidad de los resultados del estudio clínico.

Entre las medidas adoptadas se encuentran las siguientes:

1. Reuniones de investigadores no presenciales.
2. La reducción de visitas médicas presenciales mediante el uso de visitas médicas telemáticas, en la medida en que el estudio clínico lo permita.
3. Visitas de monitorización remota.
4. Almacenamiento de las muestras biológicas a nivel local, compactando el número de envíos de las mismas y asegurando un adecuado aislamiento de las muestras para minimizar el riesgo de infección.
5. Disminución del número de envíos de la medicación del estudio a los centros, mediante el suministro de una mayor cantidad de medicamentos en cada envío realizado.

Aunque esta pandemia ha cambiado globalmente nuestra forma de vivir, ni nada ni nadie puede detener la investigación clínica en cáncer, ni siquiera el virus SARS-CoV-2.